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Revista
Virtual ODONTOLOGIA CLINICA (ISSN 1728-1245) |
Año
01 Número 02 Julio 2003 |
ESPECIAL
DEL MES
Entrevista
a Eftimios
Mitsiadis
«Podremos crear dientes con células y tejidos del propio paciente»
Este científico griego intenta aplicar los conocimientos y las técnicas de la biología molecular para avanzar en el tratamiento y prevención de los trastornos bucodentales.
En las Facultades de odontología de muchas Universidades europeas, el científico griego Eftimios Mitsiadis es una «rara avis» porque, aunque es odontólogo de formación académica, su especialización en biología molecular y del desarrollo le sitúa en una nueva frontera de la investigación.
Tras recorrer laboratorios y centros académicos de Helsinki, Estocolmo, Yale y Lyon, acaba de recalar en el Dental Institute del King`s College de Londres, coincidiendo con la publicación en «Proceedings» de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. de un experimento con el que logró reactivar el programa genético odontológico de las aves.
Este científico de 43 años visitó Madrid la semana pasada con motivo de un congreso de la Fundación Juan March sobre el mecanismo del desarrollo de la organogénesis de los vertebrados...
Las aves perdieron la dentición hace 80 millones de años, pero usted indujo la formación de dientes en embriones de pollo con células madre de ratón. ¿Cómo lo hizo?
El potencial para fabricar dientes reside en el tejido epitelial de la cavidad bucal. Utilizamos trasplantes de células mesenquimatosas de la cresta neural del ratón, con capacidad para crear dientes, con el objetivo de que migraran al epitelio bucal de embriones de pollo y estimularan allí las células de ese tejido para que empezaran a crecer y formasen dientes. Sabemos que los dientes humanos contienen células madre, aunque el término no es del todo correcto. Las células madre realmente deben aislarse de tejidos embrionarios, cordón umbilical o médula ósea. Si queremos producir dientes no se pueden utilizar sólo extractos de células pluripotentes de la pulpa dental, con capacidad para producir dentina o periodonto, porque debemos formar también tejido epitelial. Es muy complicado y aún no hemos llegado a ese punto. Pero nuestro estudio nos muestra que las células mesenquimatosas indiferenciadas tienen capacidad odontogénica.
¿Cómo podrá aplicar la odontología moderna estos conocimientos de la biología molecular?
Experimentamos en la reconstrucción de tejidos duros. Cuando colocamos extractos celulares de dientes humanos en cultivos de laboratorio y los estimulamos con factores de crecimiento, observamos que empiezan a originar ese tipo de tejidos. Por eso podemos imaginar la posibilidad de visitar al dentista para que extraiga células de un diente de leche y las mantenga a temperaturas muy bajas. Si veinte años después padecemos un problema odontológico, nuestro dentista podría recuperar esas células para ponerlas en un cultivo de forma que proliferen y produzcan tejidos que se trasplantarían sin rechazo inmunológico.
¿Será posible a largo plazo fabricar en laboratorio dientes a partir de células del propio paciente?
Conocemos diversos genes que están involucrados en la formación de los dientes. De hecho, si sufren mutaciones no crecen algunos. Por ejemplo, en el caso del gen Pax9 se perderían los molares y los premolares. Cada vez tenemos más información. Las técnicas de la biología molecular nos permitirán aislar células de la pulpa dental de una persona e introducir en ellas el gen correcto. Después de esa manipulación se inyectarían donde queremos que crezca un diente. Nuestro trabajo es un buen comienzo para entender cómo podremos avanzar. Algunas compañías en Inglaterra ya experimentan la inyección de células de cresta neural en la cavidad bucal de ratones para ver si inducen odontoblastos.
¿Cuál es el siguiente paso, el próximo objetivo?
Realizamos trabajos para averiguar cuáles pueden ser las aplicaciones médicas de estos conocimientos. Queremos saber cómo utilizar las técnicas de biología molecular para, cuando surge una caries o se rompe una pieza dental, poder implantar ese tipo de células o tejidos que se obtendrían in vitro a partir de células del propio paciente. Se trata de sustituir material sintético por material humano. Pero primero debemos conocer los mecanismos moleculares subyacentes en las patologías dentales para luego poder prevenirlas y corregirlas. Actuaremos sobre genes y células en diez o veinte años. Es el futuro de la odontología.
¿Por qué en su especialidad médica los conocimientos y técnicas de la biología molecular no han sido tan aprovechados como en otras?
En primer lugar porque es muy difícil manipular y trabajar con tejidos duros. Y los dientes son los más resistentes de todo el cuerpo humano. Esta circunstancia hace que sea muy complicado diseñar y realizar los experimentos. También juega en contra la existencia de un gran grupo de presión, no ejercido por los odontólogos, sino por las empresas que suministran los materiales. Hay mucho dinero en juego.
Fuente
: ABC - España