El hilo dental, también conocido como la seda dental, es un componente crucial en la limpieza bucal inteligente.
Conozca toda la ciencia, ingeniería, historia, diseños, curiosidades, mitos, variaciones y mucho más respecto al hilo o seda dental: el aditamento con el que nos limpiamos entre los dientes. |
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El hilo dental o seda dental es un elemento fundamental para la correcta limpieza, cuidado y mantenimiento de la salud y el bienestar de nuestros dientes, nuestras encías y nuestra boca en general. Debido a su importancia y a las múltiples ventajas que nos brinda el frecuente uso del hilo dental, no deberia faltar en ningún hogar.
Se trata de un filamento (hilo) contínuo, confeccionado generalmente de nylon, plástico, teflón o polietileno, que suele ser impregnado de ciertas sustancias que potencializan sus efectos benéficos, como por ejemplo: la cera, el flúor, los antimicrobianos, los saborizantes, etc.
El hilo dental sirve principalmente para limpiar las zonas a las que no podemos acceder con el cepillado dental. Sucede que el grosor de las cerdas de dichos cepillos o escobillas dentales tiene una magnitud mayor al espacio que existe entre diente y diente y su vez, dicho grosor supera también al espacio que hay entre cada diente y la encía que lo recubre.
Por ello, por más minuciosos que seamos cuando realizamos el cepillado dental, es imposible que logremos acceder a dichas zonas donde también se desarrollan continuamente microorganismos y donde se quedan los restos de los alimentos que consumimos. Es decir: la higiene bucal realizada solamente con cepillo dental es insuficiente e imperfecta, pues logra acceder solamente a una porción (60%) de lo que deberíamos higienizar. Y si pretendemos lograr una total limpieza y cuidado de nuestra boca, accediendo al 40% de espacio restante, es imprescindible el uso del hilo dental.
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