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El cepillo dental, un aditamento personal
Conozca por qué no es conveniente compartir el cepillo de dientes con otra persona:
Muchas personas podrían considerar que compartir el cepillo dental con otras personas, es una verdadera muestra de amor y de confianza. Pero más bien lo correcto es utilizar el cepillo dental como un artículo de higiene personal de uso único y exclusivo para una sola persona, debido a las grandes implicancias que podría tener el hecho de compartir el cepillo dental con otro.
Sabemos que la boca es el hogar perfecto para el desarrollo de millones de micropatógenos, porque es oscura y húmeda, brindándoles las condiciones ideales para su crcimiento. Como está en comunicación con el medio exterior, se facilita y permite su ingreso y al presentar muchas irregularidades y zonas escondidas, se hace muy viable su retención, adherencia y desarrollo. Adicionalmente, debido a que recibimos, ingerirmos y trituramos nuestros alimentos con la boca, les brindamos los insumos nutricionales que necesitan para subsistir. Por ello:
- más de 600 especies diferentes de bacterias se desarrollan continuamente en nuestra boca
- muchísimos hongos, virus y otras formas simples de vida crecen en nuestra boca
- existen 100 millones de bacterias en cada mililitro de saliva
- en una boca promedio, pueden haber 6 mil millones de bacterias (tantas, como todas las personas que habitan en la tierra)
Justamente, es conveniente saber que cada persona tiene determinados gérmenes en su boca y que por lo común, éstos se encuentran en equilibrio con nuestros propios mecanismos de defensa que nos ofrecen las diferentes instancias de nuestro sistema inmune. Así, cada individuo tiene determinados tipos de microorganismos, ciertas cantidades de colonias de bacterias y microbios con distinto grado de virulencia o agresividad.
Estos microorganismos se transfieren al cepillo dental cuando lo utilizamos para realizar la higiene de la boca. A la vez, los microbios presentes en el ambiente donde almacenamos la escobilla de dientes pueden desarrollarse sobre las superficies de sus cerdas. Si a la vez, tenemos presente que solemos guardar nuestro cepillo dental en el cuarto de baño (donde precísamente abundan los gérmenes), podemos darnos cuenta del enorme potencial que tiene dicho aditamento para contagiar a otras persona. Sobre todo si permanece húmedo después de su uso.
Para concluir, tenga en cuenta lo siguiente: es perfectamente factible que una persona tenga ciertos gérmenes que no le estén causando daño alguno, porque ha desarrollado la autoprotección que evita la respectiva enfermedad gracias a la maravillosa acción de su sistema de defensas. A la vez, se sabe que muchas infecciones tardan algunos días en generar los signos y síntomas en las personas, por lo que pudiera ser que alguien luzca completamente sano, teniendo ya la infección latente.
Por ello, y para evitar el traspaso de fluidos corporales que también pueden transmitir enfermedades (como la saliva, la sangre, el suero que emana de las encías, etc.) es que un cepillo dental debe ser utilizado solamente por una persona y no se recomienda compartirlo.
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