Tom
Jericho; ¿has visto a Old George, el chimpancé disecado que tenemos en el
diorama de la selva tropical de Budongo?
Hollus
(visitante extraterrestre); si.
Tom;
Bien, los humanos y los chimpancés difieren genéticamente solo en un 1,4 por
ciento.
Hollus;
si me
lo perdonas, diría que no es correcto disecar y exhibir un pariente tan
cercano.
Robert
Sawyer. EL CALCULO DE DIOS.
En
1913 Sir Arthur Keith creó el término “taurodonte”
refiriéndose a una anomalía del desarrollo dental en la cual la corona está
agrandada a expensas de
las raíces a semejanza de las piezas dentales de los ungulados o
rumiantes.
Hay
muchas teorías al respecto pero básicamente es un rasgo retrógrado o atávico
hereditario de interés antropológico, pues es frecuente encontrarlo en
antiguas razas como la Neandertal.
Clínicamente
es indiferenciable y solo radiográficamente podemos ver que la cámara pulpar
está sumamente agrandada y las raíces muy cortas, principalmente se presenta
en molares y la anomalía no necesita de especiales cuidados.
La
pregunta es; ¿y que tenemos que ver los del gremio en este lío de cuernos?
En verdad
nada, o quizá mucho;
nosotros somos profesionales de la salud,
cuyo fin primordial es aliviar el sufrimiento y curar la enfermedad, y como
personas poseemos la facultad de buscar razones últimas y universales para
adecuar nuestra conducta al bien del universo, entendiendo por universo a todo
lo que existe y esto lo llamamos ética.
La
ética es una ciencia que guía el comportamiento humano y por lo tanto es
positiva y tiene que ver con la acción más que con prohibiciones.
Las
motivaciones personales para actuar éticamente pueden ser negativas, si lo
hacemos por temor al castigo y positivas si lo hacemos por que creemos de
acuerdo con nuestra
ley interior, que es lo adecuado, por lo tanto estamos regidos por el temor al
auto-castigo de nuestras conciencias, el actuar así trae coherencia y
seguridad existencial.
No
se puede concebir a la ética como algo que solo se relaciona con el ser
humano, un acto que vaya contra cualquier ser, como por ejemplo destruir un árbol
o matar un animal sin necesidad, desperdiciar o contaminar un elemento como el
agua o aire, es no ético.
Esto
obviamente no incluye la destrucción que necesariamente tiene que realizar
todo ser para poder existir. No es malo que un ser humano coma vegetales o
animales, si esto es necesario
para su existencia, es la violencia imposible de evitar, pero lo que trastorna
el orden natural y no es ético es destruir sin
necesidad.
Hay
un principio básico en el cual coinciden todas las religiones y es el que
ningún ser humano tiene derecho a hacer daño a otro sin necesidad, este
principio se aplica por extensión al universo todo, esto es, animales y
plantas. El ser humano es quizá el único que mata sin necesidad y destruye
por placer. Recordar el vigésimo noveno pergamino del legislador;
“Guardaos
de la bestia del hombre, por que es el agente del diablo. Es el único primate
de dios que mata por placer, o por lujuria, o por avaricia. Si, asesinará a
su hermano por poseer la tierra de su hermano. No permitáis que se reproduzca
en gran número, por que convertirá su hogar en un desierto, y también el
vuestro. Expulsadlo. Devolvedlo a la jungla, porque es el emisario de la
muerte.”
Cornelius
al Dr. Zaius, En el planeta de los simios.
Las
civilizaciones orientales son mucho más respetuosas de estos principios que
la occidental, hay culturas vegetarianas que evitan matar animales pues “ es
menos violento comer una fruta que cae del árbol que matar un animal ”
decía Ghandi, es la “ reverencia a la vida” de Schwetzer, es Buda
negándose a tomar leche para no tener que quitársela al ternero, son los
monjes budistas haciéndose a un lado para no tener que pisar insectos, son
las miles de vacas sagradas entrando tranquilamente a las casas en la India,
es Hipócrates y su “primun
non nocere”.
Lamentablemente
nuestra cultura de raíz judeocristiana tiene una funesta concepción antropocéntrica;
donde el universo es una pirámide cuyo vértice lo ocupa el hombre y lo demás
a sus pies, sin embargo, Copérnico demostró que no somos el centro de nada y
la ciencia con Darwin y Freud así como la filosofía han demostrado que el
hombre no es el rey de la creación, solo de su casa, y a veces ni eso.
El
ser humano debe de ser profundamente respetuoso de cada ser de la naturaleza,
todo tiene un valor único en el universo y su daño produce un trastorno en
el todo. El grado de cultura de una sociedad se mide primero por
su respeto al ser humano y al avanzar en el proceso de culturización,
por el respeto a los animales y
plantas.
En
la próxima feria popular taurina, antes de comprar la entrada para ver el
sacrificio cruento y "artístico" de un toro piense un poco en los
dientes y muelas de algunos de su propia especie...
LECTURAS
SUGERIDAS
Ética
médica; Luis Alfonso Vélez.
Repensar
la vida y la muerte. El derrumbe de nuestra ética tradicional. Peter Singer.
Paidós 1997.
Stafne;
diagnóstico radiológico en odontología. Gibilisco.
Tratado
de patología bucal; Shafer y Levy.
Samplonius
A. Toros y Dentistas.
Odontología Ejercicio Profesional 2003;4(8): http://www.odontomarketing.com
(10.08.2003)
