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Volumen 8 Edición 92 Diciembre 2007 ISSN 1608-1633

¿Cómo diseñar indicadores de calidad en los servicios de salud?

Autor: Dr. Enrique Magaña Jáuregui.

 

1. Introducción:

Mucho se ha escrito acerca de la importancia de la medición, como uno de los pasos indispensables del ciclo de mejora. Sin embargo, no queda claro aun de qué forma se puede diseñar un modelo para determinar los niveles de percepción de la calidad, lo que se conoce en el ámbito sanitario como "sistema de indicadores".

El problema es que para diseñarlos, es necesario comprender algunos principios básicos, que aunque relativamente sencillos han sido sólo del dominio de expertos. Precisamente, debido a la necesidad de desarrollar esquemas de calidad en todos los servicios de salud, es que el presente aporte busca hacerlos de dominio general.

2. Propósito: La intención de este artículo es el de establecer los principios básicos para crear indicadores y además, ligarlos no solo a medir lo que comúnmente se conoce como “productividad”, sino también, el desempeño integral de una organización de salud.

   

 


3. Principios Teóricos:

3.1. Lo primero, es establecer que todo concepto existente en la vida se puede medir: Por ejemplo, el “dolor” aun cuando no lo podemos observar, es un concepto existente en la vida y además, ampliamente conocido por el personal medico. Aunque el dolor no se puede medir como podemos medir la presión arterial y darle un valor aritmético exacto, si podemos establecer una escala subjetiva para la intensidad del dolor y este puede ser a manera de ejemplo, como “poco, leve, moderado o severo; incluso ya se encuentra mas ampliamente reconocida y aplicada una escala del 0 al 10 en donde el 0 representa “Ausencia de dolor” y el 10 un dolor “insoportable” y el paciente puede decir “cuanto le duele”.

 

 

 

Este principio básico nos lleva de la mano a establecer que cualquier evento que queramos medir puede realizarse, tanto de forma cuantitativa, como cualitativa.

La primera se relaciona con la posibilidad de establecerle una escala y una progresión aritmética, en donde la diferencia entre un número y otro es exactamente igual y su medición es puntual. En el caso de la cualitativa, nosotros le podremos otorgar una escala de valores dentro del cual podemos establecer más o menos a que nivel se encuentra un evento dado de acuerdo a criterios previamente establecidos.

Basado en lo anterior, cualquier concepto o proceso de calidad establecido como parte del sistema de gestión de un establecimiento sanitario, puede medirse y formar así parte de su sistema de indicadores de calidad.
 

3.2. Lo segundo a considerar es que es necesario establecer cual es lo que se denomina el “atributo de estudio”:

Por ejemplo, en un sistema de recolección de quejas de un hospital lo que nos debe interesar es reflexionar sobre qué “atributos” debemos medir y estos pueden ser no solo la cantidad de quejas que se reciben; sino también por ejemplo, los motivos o las causas de las mismas: “quejas atribuidas a errores de facturación, a mala información, a retrazo en la atención medica, etc.

Hasta aquí, lo importante es establecer que todo se puede medir y que al poderse medir todo, habrá que establecer con exactitud qué es lo que deseamos medir. Esto, englobado dentro de los procesos establecidos como críticos para mejorar la calidad en la institución.


4
Construyendo un
Indicador:

Una vez establecido el "qué se va a medir" y el "cómo se va a hacer", llega el momento de elaborar el indicador. Para ello, es necesario dejar en claro cual será nuestro “atributo de estudio”.

En el caso de las quejas, podemos tomar el ejemplo de las quejas atribuidas a retrazo en la atención medica. Hay que establecer un periodo de tiempo de medición que será de utilidad para monitorizarlo y poder establecer comparaciones de validez. Para el ejemplo y lo más común es realizarlo en un periodo mensual.

La primera fase y nuestro principal atributo de estudio quedaría así:

“Numero de quejas por retrazo en la atención medica”

De ahí podemos obtener una cantidad mensual que forzosamente se tendrá que comparar con una referencia o “universo de trabajo”. En este caso, serían el número total de quejas recibidas en el mismo periodo de tiempo. Se esta manera obtendremos dos cifras para contrastar:

“Numero de quejas por retrazo en la atención medica” y “Numero de quejas recibidas en el hospital”

Supongamos que en el primer caso, se reciben en un mes 25 quejas atribuidas a retrazo en la atención médica de un total de 100 quejas recibidas en el hospital en el mismo periodo. Obtenemos dos cifras para manejarlas como nos agrade o convenga. Podemos realizar una “razón”, una “proporción” o un “porcentaje”:
 

INDICADOR DEFINICIÓN VALOR
Razón: Razón de quejas por retrazo en la atención medica = 25/100
Proporción: Proporción de quejas por retrazo en la atención médica = 0.25
Porcentaje

Porcentaje de quejas por retrazo en la atención medica

= 25%


Cada uno de los casos anteriores pueden considerarse como indicadores; por lo regular y por uso más común, extendido y comprensible se utilizan mejor los porcentajes
, porque la mayoría del personal los comprende mejor. Pero metodológicamente, cualquiera de ellos es igualmente válido.

La formulación del indicador de porcentaje sería la siguiente:
 

“Numero de quejas por retrazo en la atención medica”
   x 100
        “Numero de quejas recibidas en el hospital”

 

5. Principios de los Indicadores de desempeño:

Los establecimientos de salud generan una gran cantidad de datos que podrían utilizarse en la construcción de verdaderos indicadores de calidad. Sin embargo, no son muchos los establecimientos que cuentan con un sistema de indicadores confiables y en todo caso, lo más que se mide con mayor frecuencia es lo referido a la “productividad”.


Esto nos debe hacer reflexionar en la pregunta de que si realmente es la “productividad” una medida fiable para medir la calidad de un servicio. La respuesta es que
aunque la “productividad” es importante, de ninguna manera representa el todo en un sistema de calidad.
 

 


Hay otra serie de dimensiones que hay que considerar para poder tener una imagen global del sistema de calidad. Esto quiere decir que es posible que un hospital tenga una “productividad relativamente aceptable”, pero a un costo muy elevado, con desperdicio de recursos, con malos tratos por parte del personal, con errores en la administración de medicamentos a los pacientes u otras particularidades.

Establecimiento de parámetros:

El centro de salud debe primero definir qué es lo que considera como de “Óptimo desempeño”, en congruencia con su plan estratégico. Para ello, se incluyen algunas dimensiones que se deben tener en cuenta:

DIMENSIÓN

CARACTERÍSTICA

Eficiencia

Que se realicen con los mínimos recursos posibles (sin sacrificar la seguridad de los pacientes o usuarios)

Efectividad

Que se logren los resultados que se desean o se programan (para algunos es sinónimo de eficacia)

Oportunidad

Que se obtengan en el momento que se requieran

Seguridad

Que impliquen los mínimos riesgos posibles

Accesibilidad

Que estén disponibles cuando se necesiten

Satisfacción

Que superen o cumplan con las expectativas de los clientes

Legitimidad

Que respeten las creencias y cultura de los clientes

La “productividad” puede incluirse como una medida de la efectividad o de la eficacia de un centro sanitario y claramente, ahora se expone como tan solo una parte de la dimensión medible de la calidad.

Y sin duda, para la gran cantidad de procesos implícitos en la atención medica (procesos administrativos, procesos de mantenimiento, de capacitación, logísticos, etc.), es limitado un sistema de indicadores completo que no considere mediciones a toda esta gama de dimensiones.

Los indicadores diseñados con estas sencillas consideraciones pueden dar herramientas de análisis más confiables para detectar áreas de oportunidad, necesidad de un rediseño de los procesos, detección de actividades defectuosas o finalmente, monitorizar su comportamiento.

6. Importancia de tener mediciones secuenciales:

Un centro sanitario debería desarrollar un sistema de indicadores como una practica rutinaria, de tal manera que a lo largo del tiempo se pueda comparar los resultados de un período con promedios históricos o con lo obtenido en algún periodo anterior específico. Esto le permitirá compararse primero consigo mismo y posteriormente con otros centros sanitarios similares y de esta manera, detectar qué prácticas son las que mejor resultado brindan para poder imitarlas o considerarlas.

Este paso, asegura el desarrollo de los ciclos de mejora, ya ampliamente descritos y conocidos con diferentes nombres y nomenclatura; que bien pueden resumirse como: Planear, Hacer, Verificar y Actuar (En consecuencia).

Las mediciones basadas en resultados de un sistema de indicadores forman parte del “verificar” y sientan la base del “actuar en consecuencia”, ya que metodológicamente el ciclo de mejora establece que las propuestas de mejora se realicen basadas en evidencia real, o sea en la evidencia que proporcionan los resultados obtenidos de los indicadores y no por “intuición” o “experiencia de los directivos en turno”.

 



El contar con una serie de datos secuenciales, permite elaborar finalmente los gráficos de control, el establecimiento de estándares, la correlación entre variables o cualquier
otra herramienta grafica, que permita al personal que toma decisiones realizar la llamada “monitorización de su sistema de calidad”. 
 

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